Skip to main content

En los últimos años, el sector inmobiliario en México ha sido objeto de un escrutinio cada vez mayor por parte de las autoridades encargadas de la prevención del lavado de dinero. Entre estas, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) ha centrado su atención en los desarrolladores inmobiliarios, quienes se han convertido en sujetos obligados bajo la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita (LFPIORPI).

La razón principal de este enfoque es que el sector inmobiliario, por su naturaleza, maneja grandes sumas de dinero y es susceptible a ser utilizado para blanquear capitales provenientes de actividades ilícitas. Por ello, la UIF ha intensificado la vigilancia sobre las operaciones inmobiliarias, especialmente aquellas que involucran pagos en efectivo, transferencias internacionales o movimientos financieros inusuales.

Obligaciones de los desarrolladores inmobiliarios

Como sujetos obligados, los desarrolladores inmobiliarios deben cumplir con una serie de obligaciones para asegurar que sus operaciones no sean utilizadas para el lavado de dinero. Entre estas obligaciones se encuentran:

  • Identificación y conocimiento del cliente: Es imperativo que los desarrolladores inmobiliarios cuenten con procesos sólidos para conocer a sus clientes (KYC, por sus siglas en inglés). Esto implica verificar la identidad de los compradores, así como el origen de los fondos utilizados en las transacciones.
  • Presentación de avisos a la UIF: Cualquier operación que supere ciertos umbrales monetarios debe ser reportada a la UIF mediante los avisos correspondientes. Estos avisos deben presentarse en los plazos estipulados por la ley, y es fundamental que la información reportada sea completa y precisa.
  • Capacitación del personal: Los desarrolladores inmobiliarios están obligados a capacitar a su personal en materia de prevención de lavado de dinero. Esta capacitación es esencial para que los empleados puedan identificar y reportar actividades sospechosas de manera eficaz.

Consecuencias del incumplimiento de la LFPIORPI

El no cumplir con las obligaciones establecidas por la LFPIORPI puede acarrear consecuencias graves para los desarrolladores inmobiliarios, incluyendo multas significativas, la inclusión en listas negras y, en casos extremos, la clausura de operaciones. Además, la reputación de la empresa puede verse severamente afectada, lo que podría traducirse en la pérdida de confianza de inversionistas y clientes.

Para facilitar el cumplimiento de estas obligaciones, cada vez más desarrolladores inmobiliarios están adoptando tecnologías especializadas, como Prevenet, que automatizan y simplifican la gestión de las obligaciones antilavado. Estos sistemas permiten un seguimiento en tiempo real de las operaciones y facilitan la presentación de avisos a la UIF, reduciendo el riesgo de errores y omisiones.

Los desarrolladores inmobiliarios en México deben estar plenamente conscientes de la creciente vigilancia por parte de la UIF y de la importancia de cumplir rigurosamente con la LFPIORPI. El uso de tecnología avanzada y la implementación de políticas estrictas de cumplimiento son fundamentales para evitar sanciones y proteger la integridad de sus operaciones.

Desarrolladores inmobiliarios bajo la lupa de la UIF 2

Noticias PLD

InmobiliarioLey AntilavadoLFPIORPIPLD
16 abril, 2019

Sector Inmobiliario: Foco rojo para el lavado de dinero.

Si eres desarrollador o tu actividad profesional está relacionada con la compra-venta o alquiler de inmuebles, debes conocer lo que dicta la Ley Antilavado. En una economía nacional donde el…
Sistema de Administración Tributaria
5 octubre, 2022

Alcances del SAT en el cumplimiento de la Ley Antilavado

En la supervisión del cumplimiento de la Ley Antilavado hay diferentes instancias con distintas atribuciones. Una de ellas es el Sistema de Administración Tributaria (SAT) que, de acuerdo con el…
Actividades Vulnerables
2 agosto, 2023

¿Qué tener en cuenta sobre el lavado de dinero sobre Uso o goce de bienes inmuebles?

El uso o goce de bienes inmuebles es una actividad que puede ser susceptible de ser utilizada para el lavado de dinero en diversos países, incluido México